domingo, 12 de mayo de 2013

El burdel de las almas


El burdel de las almas no es como cualquier otro burdel de la ciudad, las mejores concubinas moraban en ella, cara de ángel, cuerpo de diosas y alma de diablo, su precio era alto, pero nadie era rechazado, pues todos, cuando entran tienen alma y derecho a venderla a placer.

Con una copa de wisky con tan solo 2 hielos, Frank disfrutaba desnudo del calor angelical de la exótica Margo. Tras una noche de pasión el tabaco relajaba sus músculos, Margo dormía como si fuera una princesa, con su cabeza encima del pecho de Frank, mientras este la cuidaba en la noche plateada y oscura de temores nocturnos cual caballero de la luz. No muy lejos de esa habitación el reputado Hugh fumaba en pipa disfrutando de los labios de Gina, la maestra de la seducción arrodillada.

La noche es un lugar frió donde el burdel de las almas es el rincón donde encontraras compañía y solución a tus problemas, el sonido del reloj marca el tiempo antes de que el amanecer mande al descanso a los temores y el refugio descanse hasta la próxima bajada del sol. Todos disfrutan al entrar de su refugio y de sus protecciones, pero al salir nadie sabría explicar que sucede entre esas paredes.

La calle se llena de lobos en una fría noche plateada, el burdel trae mala reputación y se debe acabar con el, prostitutas, aprovechados, asesinos y solitarios comparten la historia de ese sitio. Movido por la decencia publica, la alcaldesa decide desalojar tal refugio de almas perdidas cuando Apolo se marcha y la dama plateada baña a sus hijos con un dulce manto negro. La policía esta arremolinada fuera, esa noche seria una pena, pues estos perros de la alcaldesa no solían hablar mucho. La señal llega y la puerta es atizada en numerosas ocasiones, cuando la puerta cede los agentes entran sin control, sin distinción, y buscan a aquellos que dentro moran. En una habitación arrodilladas y con vestidos vaporosos las damas angelicales con el diablo dentro esperan, los policías no las miran, primero atizan a los clientes ante la impasible mirada de Doña Norbin. Frank cae al suelo y tras perder la conciencia el policía detiene sus latidos a base de porrazos junto 3 policías más. Hugh, abre los brazos, esperando el primer golpe, y sin mostrar resistencia, el policía no se compadece, de un golpe le rompe el cuello, sabe que nadie le jugara por ejecutar una purga de mala reputación. Pronto comienzan con las rameras.

Los golpes se suceden durante toda la noche, sobre los blancos y pálidos cuerpos de las concubinas, sus melenas rubias, rojas y negras se tiñen de negra y espesa sangre, y los vestidos blancos se tornan escarlata Doña Norbin solo deja caer una lágrima, ella recibiría el peor de los castigos. La doña inmaculada es cogida del cuello por un grandote policía el cual comienza a violarla a placer, sin saber que el precio nunca se puede dejar de pagar, y así uno tras otro. Doña Norbin recibe una brutal paliza tras haber sido juguete de diversión para los perros de la alcaldesa.

En aquel baño de sangre y fluidos el burdel queda desvirgado, y las almas de los policías quedan como pago, lentamente observan lo que habían acontecido por si, pero el sentimiento nuevo de culpa es muy grande, pues... ¿Quien tiene derecho a hablar de justicia si no conocen la justicia? El primer policía saca su pistola mientras las lágrimas caen, y sin dudar se introduce el cañón en la boca con calma, como si fuera un helado mortífero, sus sesos quedaron esparcidos por toda la habitación.

Doña Norbin llora sangre mientras camina entre los cadáveres policiales y de sus buenos clientes e hijas de la noche. Con dulce cuidado el burdel de las almas tal vez este listo para esta noche, en esta ciudad o en otra, pues como como decía Freddie Mercuri, el espectáculo debe continuar.

jueves, 17 de mayo de 2012

Sueños de Libertad



Hace mucho tiempo, cuando los edificios rascaban los cielos, cuando el mundo se había convertido en una forma de permanencia y no de vida, donde se sobrevivía y la vida se conseguía y no se obtenía, donde el tiempo golpeaba cada latido como un mazo, y los cocodrilos tenían también derecho a llorar por motivos, el mundo era esclavo de su propio dolor y angustia, eran prisioneros en celdas abiertas, los lideres aborregaron a sus naciones, les hicieron creerse libres para ser esclavizados, les hicieron lamer la miel de la democracia, para demostrarles la dictadura del voto, y niños no me malinterpretéis no quiero decir con esto que votar no sea necesario, ni mucho menos, solo que cada cual es esclavo de sus palabras y dueño de su destino, pero el mundo no es de uno solo, y cada acción tiene una consecuencia y cada movimiento de ala que hace una mariposa en Japón desencadena una tempestad en New York, cada lágrima de una dulce princesa es una tempestuosa tormenta, sucede pues que en aquel reino, de enormes montañas habitadas, y carromatos potentes, existía un hombre, distinto y a la vez igual, creyente y a la vez ateo, temeroso de la ira de dios y a la vez desafiante de su religión, su nombre era Paulesku Karpov, era un antiguo héroe de guerra, había vivido la crisis de los misiles de cuba y la rebelión de las naciones mundiales, comunista acérrimo detestaba el comunismo actual, la ignorancia, los lideres falsos y el capitalismo, muchos se proclamaban de izquierdas, de derechas, niñatos estúpidos, ¿Cómo pueden proclamar como suya una bandera que no sienten? No pueden sentir una bandera que no han sangrado, que no han envuelto a su hermano muerto sacándolo de bajo de la nieve tiroteado por fuego fascista, Stalingrad, era el infierno, nuestro camarada Stalin nos mando ahi, a luchar por la madre patria, los fascistas disparaban a los valientes, los camaradas a los cobardes desertores, recordé un libro que había leído, de un famoso novelista ingles en ese momento “Incluso en la oscuridad se veía luz, como la que siempre hay sobre la nieve; y parecía que las ráfagas de nieve y las candelas de niebla adoptaban forma de mujeres con largos vestidos flotantes” la nieve se arremolinaba y la luz de las metralletas de ambos sentidos brillaban, y fuertemente mataban a mis hermanos camaradas, el fuego fascista, como ángeles de entre la bruma de las explosiones salían llevándose las almas de mis hermanos, me arrodille, un joven agonizaba al lado de un viejo ciprés acribillado por las balas, su pechera entreabierta mostraba una tela roja, manchada de sangre roja, sangre rusa, sangre comunista. Mi mano temerosa acaricio su pechera y el aferro mi mano con fuerza, me miro con sus ojos azules, lo reconocí, su nombre era Iván Raznov, solía jugar con mi hermana pequeña hacia tiempo atrás, en mi aldea de los Urales. Saque con lentitud la roja bandera ensangrentada, era una bandera de la antigua unión soviética, una bandera roja con la hoz y el martillo, y la estrella dorada, mis lágrimas cayeron por mis mejillas, si, los soldados, los rusos, los comunistas duros y fuertes, también lloramos, no espere ni un instante, recogí una rama del suelo y la ate la bandera, la agite con todas mis fuerzas y grite “LIBERTAD”… Mis desfallecidos camaradas, resignados a morir vieron su bandera, no luchaban por Stalin, y no luchaban por el comunismo, sino por su madre, por su padre, sus hermanos y hermanas, sus hijos, su esposa y novia, su vecino, su abuelo… en definitiva por la camaradería, por el compañerismo, por la igualdad de clases… eso es lo que era el comunismo, el común de todos en una sola idea, en una sola bala, como unos siameses, si cae uno caerán todos, y de repente sentí el enorme peso e la bandera en mis manos, me la atavié bien en mi espalda y mate fascistas, aquella noche cenamos alubias, y patatas cocidas, el frió era intenso, pero las fotos, los recuerdos y las historias nos calentaban… la camaradería… las lágrimas de todos enterrando en la nieve a nuestros camaradas caídos.

Ahora con mis 85 años espero mi fin en esta habitación, me apresaron por ser quien soy, por darles mi vida y por quien fui, durante la guerra fría me metieron en Vorkuta, una prisión para los enemigos del comunismo, que vergüenza, yo quien murió, quien perdió su vida por la bandera que aun venero y amo el comunismo, encerrado como enemigo, olvidado encerrado… hay todos somos hermanos, hay conocí a Mijaíl Raznova, era un gran hombre, recuerdo que lo conocí en Berlín, cuando la toma, tras eso no supe más de él, fue un verdadero héroe, pero Stalin no quería Héroes, sino ser el héroe, los soldados reciben las balas, los generales las medallas, y los lideres la gloria, recuerdo que cuando me sacaron de mi casa mi amada esposa me miro y lloro… me habían traicionado, necesitaban pagar, escape de Vorkuta y me escape a Estados Unidos, el capitalismo prometido era basura, nadie se preocupaba… en realidad… ya no estoy en Nueva York, pequeños, os cuento esto desde una celda en el norte de Moscú, mis días llegan a su fin. Cuando leas esto yo ya estaré muerto, me ejecutaran en 20 horas, hoy el 23 de Diciembre de 2000 mis viejos, cansados y desgastados huesos tomaran polvo.

Paulesku Karpov.